¿Dónde se ubicaron?
El medio geográfico, étnico y lingüístico
Étnicamente, los fenicios eran un pueblo de origen semita occidental, establecidos desde tiempos remotos en aquella región, de la que se creían autóctonos. Sin embargo, las tradiciones de la Antigüedad clásica les atribuyeron orígenes diversos. Herodoto afirmó que procedían del mar Rojo; Estrabón y Plinio situaron su origen en el Golfo Pérsico y, finalmente, el fenicio Filón de Biblos situó su origen en Canaán. Sabemos hoy que éstos habitaron Canaán al menos desde el III milenio a.C., sin que pueda precisarse su origen anterior. Sobre este sustrato más antiguo de la población fenicia, se instalaron durante el II milenio otros pobladores amorreos, pertenecientes también al grupo de los semitas occidentales. Más tarde, otros elementos de origen hurrita e indoiranio se instalaron en el país, y desde la segunda mitad del II milenio se unieron a ellos otros grupos semitas, como los arameos o los israelitas, que al parecer llegaron a Canaán hacia 1300 a.C. Un siglo después, las invasiones de los ?Pueblos del Mar? introdujeron nuevos elementos étnicos en la región. De resultas de la invasión, se instalaron en ella los peleset o filisteos, que dieron nombre al país entre Ascalón y Gaza: Palestina. Los filisteos hubieron de competir durante largo tiempo con los israelitas por el control del territorio, y finalmente éstos quedaron aislados y diseminados en un país que se mantuvo en lo cultural, a pesar de la mezcolanza étnica, esencialmente fenicio. Desde principios del siglo X a.C., el territorio de domino político fenicio se redujo en buena parte debido a la competencia de los demás pueblos instalados en la región, pero la comunidad cultural y lingüística se mantuvo en la zona durante muchos siglos, e incluso después de la ocupación romana tenemos testimonios de la pervivencia de esta refinada civilización.
Étnicamente, los fenicios eran un pueblo de origen semita occidental, establecidos desde tiempos remotos en aquella región, de la que se creían autóctonos. Sin embargo, las tradiciones de la Antigüedad clásica les atribuyeron orígenes diversos. Herodoto afirmó que procedían del mar Rojo; Estrabón y Plinio situaron su origen en el Golfo Pérsico y, finalmente, el fenicio Filón de Biblos situó su origen en Canaán. Sabemos hoy que éstos habitaron Canaán al menos desde el III milenio a.C., sin que pueda precisarse su origen anterior. Sobre este sustrato más antiguo de la población fenicia, se instalaron durante el II milenio otros pobladores amorreos, pertenecientes también al grupo de los semitas occidentales. Más tarde, otros elementos de origen hurrita e indoiranio se instalaron en el país, y desde la segunda mitad del II milenio se unieron a ellos otros grupos semitas, como los arameos o los israelitas, que al parecer llegaron a Canaán hacia 1300 a.C. Un siglo después, las invasiones de los ?Pueblos del Mar? introdujeron nuevos elementos étnicos en la región. De resultas de la invasión, se instalaron en ella los peleset o filisteos, que dieron nombre al país entre Ascalón y Gaza: Palestina. Los filisteos hubieron de competir durante largo tiempo con los israelitas por el control del territorio, y finalmente éstos quedaron aislados y diseminados en un país que se mantuvo en lo cultural, a pesar de la mezcolanza étnica, esencialmente fenicio. Desde principios del siglo X a.C., el territorio de domino político fenicio se redujo en buena parte debido a la competencia de los demás pueblos instalados en la región, pero la comunidad cultural y lingüística se mantuvo en la zona durante muchos siglos, e incluso después de la ocupación romana tenemos testimonios de la pervivencia de esta refinada civilización.
¿Cómo era su organización política y social ?
Organización política y social de los fenicios
Fenicia nunca formó, a pesar de su comunidad de civilización, una entidad política unitaria y nacional. El poblamiento se disponía en ciudades que dominaban un hinterland de tierras agrícolas, formando pequeños reinos autónomos. Coyunturalmente, alguna de estas ciudades podía adquirir una cierta hegemonía sobre otras, pero ello no significaba la desaparición de las dinastías locales. Cada ciudad poseía su propio sistema de gobierno, siguiendo el esquema de las monarquías semíticas: una realeza de sucesión hereditaria y carácter sacro, en la que la reina desempeñaba un papel muy activo. Los reyes eran asesorados en sus tareas de gobierno por un consejo de ?ancianos? pertenecientes a las familias más poderosas y por un nutrido cuerpo de funcionarios civiles y militares (escribas, correos, comisarios...). El rey era ante todo el gran sacerdote del culto local. Junto al monarca, parece que cada ciudad poseía un gobernador y un comandante militar. El consejo de ancianos evolucionó desde su dominación por la aristocracia terrateniente y administrativa hacia una mayor presencia de elementos de las clases mercantiles, que acabaron controlando en gobierno de las ciudades en época de la expansión colonial fenicia. El tipo de gobierno de la oligarquía comercial se componía de un consejo colegiado de magistrados civiles o sufetes. Esta forma de administración fue la característica de las colonias fenicias de ultramar, cuya fundación estuvo además vinculada al dinamismo de las clases mercantiles urbanas. Las ciudades-estado fenicias se organizaban alrededor de los palacios y templos locales, emplazados en una acrópolis amurallada que dominaba el recinto urbano, a su vez protegido por una muralla exterior. La organización económica durante la Edad del Bronce continuó ajustada al sistema palaciego, por el cual el excedente de la producción agrícola y artesanal se centralizaba en el palacio. Los funcionarios regios redistribuían posteriormente la producción según las necesidades del Estado. Los artesanos se encontraban agrupados por oficios en corporaciones, que dependían también del palacio o de un templo que les proporcionaba las materias primas. A cambio, los artesanos hacían entrega del producto manufacturado y recibían en pago tierras y materias primas. La organización social seguía un esquema piramidal muy jerarquizado. Alrededor de la monarquía existía una aristocracia administrativa y militar que recibía tierras en pago a sus servicios y que estuvo poco vinculada al desarrollo comercial. Más abajo se encontraba la clase media de campesinos propietarios, artesanos y comerciantes. La base de la pirámide social la constituía la población campesina no propietaria, que trabajaba para los palacios y templos. La población libre debía una serie de prestaciones al palacio, la mayoría de ellas de carácter militar y tributario. Había además un amplio segmento de población servil y esclava. En las ciudades fenicias, el desarrollo de un derecho comercial de carácter individualista favoreció la difuminación de las estructuras familiares amplias de origen tribal, características de los pueblos semíticos, y dio a las mujeres fenicias una amplia participación en las actividades económicas y sociales.
¿Cómo era su organzación económica?
EL COMERCIO FENICIO.
El comercio marítimo fue la principal actividad de los fenicios, pues durante más de tres siglos ejercieron un absoluto monopolio mercantil, en el mundo mediterráneo. Su negocio consistía en trocar con los nativos de las regiones de occidente los productos de la industria fenicia, estatuillas, peines, espejos de metal, telas y baratijas, por las riquezas naturales de cada región. Así los marinos de Tiro traían de España, plata, hierro, plomo y estaño; del norte de Europa, ámbar; de Sicilia e Italia, cereales y lana; del África, marfil, oro y plumas de avestruz. De todos esos puntos traían igualmente otra mercancía muy cotizada en Oriente: los esclavos.
Los gobernadores locales vendían sus prisioneros de guerra como esclavos a los fenicios, pero a veces éstos conseguían la preciada mercadería humana sin pagarla: atraían a los naturales del país exhibiendo en la playa hermosas armas, tejidos, joyas y perfumes y, si la ocasión se presentaba, raptaban a los niños y mujeres.
A la par del comercio marítimo, los fenicios realizaron también un activo intercambio por tierra con los países del Asia occidental. Las caravanas fenicias, valiéndose de los camellos, a los que se llamaba "naves del desierto", cruzaban las arenas como los barcos el mar, y desde Arabia a Mesopotamia repartían por todo el Cercano Oriente los variados productos de la industria fenicia.
EL COMERCIO FENICIO.
El comercio marítimo fue la principal actividad de los fenicios, pues durante más de tres siglos ejercieron un absoluto monopolio mercantil, en el mundo mediterráneo. Su negocio consistía en trocar con los nativos de las regiones de occidente los productos de la industria fenicia, estatuillas, peines, espejos de metal, telas y baratijas, por las riquezas naturales de cada región. Así los marinos de Tiro traían de España, plata, hierro, plomo y estaño; del norte de Europa, ámbar; de Sicilia e Italia, cereales y lana; del África, marfil, oro y plumas de avestruz. De todos esos puntos traían igualmente otra mercancía muy cotizada en Oriente: los esclavos.
Los gobernadores locales vendían sus prisioneros de guerra como esclavos a los fenicios, pero a veces éstos conseguían la preciada mercadería humana sin pagarla: atraían a los naturales del país exhibiendo en la playa hermosas armas, tejidos, joyas y perfumes y, si la ocasión se presentaba, raptaban a los niños y mujeres.
A la par del comercio marítimo, los fenicios realizaron también un activo intercambio por tierra con los países del Asia occidental. Las caravanas fenicias, valiéndose de los camellos, a los que se llamaba "naves del desierto", cruzaban las arenas como los barcos el mar, y desde Arabia a Mesopotamia repartían por todo el Cercano Oriente los variados productos de la industria fenicia.
ORIGEN, CULTURA Y EVOLUCIÓN DE FENICIA.
Diversos contingentes de semitas empezaron a establecerse en aquella pequeña región, en época muy remota (posiblemente el milenio III a. C.) Pero estas tribus semíticas, cuya unión formó el pueblo fenicio, sufrieron la poderosa influencia de los grandes estados vecinos, Babilonia y Egipto, quienes sucesivamente asentaron su dominación en Fenicia.
Los babilonios, desde el tiempo de Hamurabi, convirtieron a Fenicia en un ala de su imperio. Luego, los egipcios hicieron lo mismo, en tiempos de los faraones Thutmoses III y Ramsés II. Pero más tarde, hacia el 1200 a. C., los fenicios lograron emanciparse de Egipto, y desde entonces vivieron independientes por más de 400 años, hasta que los subyugaron los asirios, pueblo conquistador y guerrero que dominó todo el Cercano Oriente.
La cultura fenicia, por esto, fue una fusión de la egipcia y babilónica. El interés histórico de los fenicios no radica, pues, en la originalidad de su cultura, ni en su importancia política o guerrera, dada la pequeñez territorial de Fenicia y su escasa intervención en las luchas de los grandes imperios. El mérito de los fenicios consiste en el maravilloso impulso que dieron a la navegación mediterránea, en el desarrollo comercial e industrial que alcanzaron sus ciudades y en el talento que demostraron para adaptar a sus necesidades algunos elementos de las culturas egipcia y babilónica, tales como la escritura, a la que simplificaron creando el primer alfabeto.
Mientras vivieron independientes, los fenicios no tuvieron unidad política: se agruparon en pequeñas ciudades, libres y soberanas, que luchaban, a veces, por la hegemonía.
Biblos tuvo mucha importancia económica en tiempos de la dominación egipcia. Luego la sucedió Sidón, cuyos barcos acapararon el comercio del Mediterráneo oriental. Finalmente, Tiro, a partir del 1100 a. C., se convirtió en la gran metrópoli económica del mundo antiguo.
Los fenicios tubieron un importante desarrollo de la estética a través del arte. Desarrollaron importantemente la cerámica creando vasijas y recipientes con varios colores. Crearon interesantes esculturas en representación, principalmente de divinidades y figuras femeninas. Destacados también fueron sus mosaicos y su arte de la creación de joyas entre las que se encuentran collares, pendientes, pectorales y otros objetos de metales preciosos. Participaron en el desarrollo del arte de las máscaras, y, también, crearon recipientes que cumplieron, a la vez, las funciones estética y utilitaria.
Diversos contingentes de semitas empezaron a establecerse en aquella pequeña región, en época muy remota (posiblemente el milenio III a. C.) Pero estas tribus semíticas, cuya unión formó el pueblo fenicio, sufrieron la poderosa influencia de los grandes estados vecinos, Babilonia y Egipto, quienes sucesivamente asentaron su dominación en Fenicia.
Los babilonios, desde el tiempo de Hamurabi, convirtieron a Fenicia en un ala de su imperio. Luego, los egipcios hicieron lo mismo, en tiempos de los faraones Thutmoses III y Ramsés II. Pero más tarde, hacia el 1200 a. C., los fenicios lograron emanciparse de Egipto, y desde entonces vivieron independientes por más de 400 años, hasta que los subyugaron los asirios, pueblo conquistador y guerrero que dominó todo el Cercano Oriente.
La cultura fenicia, por esto, fue una fusión de la egipcia y babilónica. El interés histórico de los fenicios no radica, pues, en la originalidad de su cultura, ni en su importancia política o guerrera, dada la pequeñez territorial de Fenicia y su escasa intervención en las luchas de los grandes imperios. El mérito de los fenicios consiste en el maravilloso impulso que dieron a la navegación mediterránea, en el desarrollo comercial e industrial que alcanzaron sus ciudades y en el talento que demostraron para adaptar a sus necesidades algunos elementos de las culturas egipcia y babilónica, tales como la escritura, a la que simplificaron creando el primer alfabeto.
Mientras vivieron independientes, los fenicios no tuvieron unidad política: se agruparon en pequeñas ciudades, libres y soberanas, que luchaban, a veces, por la hegemonía.
Biblos tuvo mucha importancia económica en tiempos de la dominación egipcia. Luego la sucedió Sidón, cuyos barcos acapararon el comercio del Mediterráneo oriental. Finalmente, Tiro, a partir del 1100 a. C., se convirtió en la gran metrópoli económica del mundo antiguo.
Los fenicios tubieron un importante desarrollo de la estética a través del arte. Desarrollaron importantemente la cerámica creando vasijas y recipientes con varios colores. Crearon interesantes esculturas en representación, principalmente de divinidades y figuras femeninas. Destacados también fueron sus mosaicos y su arte de la creación de joyas entre las que se encuentran collares, pendientes, pectorales y otros objetos de metales preciosos. Participaron en el desarrollo del arte de las máscaras, y, también, crearon recipientes que cumplieron, a la vez, las funciones estética y utilitaria.
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